Rodolfo Walsh
a. Asunto: observaciones sobre el documento del Consejo del 11/11/76
23 de noviembre de 1976
De: Base AS-P A: 82
De: Base AS-P A: 82
Estas observaciones son complementarias de las formuladas en nuestro punto Ideologismo y Política del 3/1/76.
Respecto de las críticas que allí formulamos, buena parte de ellas coinciden parcialmente con las rectificaciones del Consejo, y en ese sentido entendemos que el documento es un avance significativo para el conjunto.
Sin embargo pensamos que las rectificaciones son sólo parcifiles, porque no corresponden a una autocrítica profunda sobre los errores que nos condujeron a la actual situación, sino que tienden a corregirlos de facto ante la evidencia del mal resultado obtenido. Con este método el acierto o el error son azarosos y empíricos. A nuestro juicio lo principal son las razones políticas. Si son correctas, en apenas tres años un puñado de muchachos crecen hasta conducir una organización gigantesca y poderosa. Si son incorrectas, esa misma organización se desinfla y puede desaparecer.
Este ejemplo está tomado de nuestra propia historia y creemos que este momento de desánimo debe tenerse en cuenta. Si corregimos nuestros errores volveremos a convertirnos en una alternativa de poder. Por lo tanto son falsas todas las visiones alarmistas sobre si tenemos tiempo o no. Tenemos todo el tiempo necesario, si lo sabemos usar.
1. Definiciones políticas
En nuestro país es el Movimiento el que genera la Vanguardia, y no a la inversa, como en los ejemplos clásicos del marxismo. Por eso, si la vanguardia niega al movimiento, desconoce su propia historia y asienta las bases para cualquier desviación. Esa es la nota distintiva de la lucha de la liberación en nuestro país, que debemos tener siempre presente. La vanguardia -Montoneros- generada por el Movimiento -el peronismo- debe conducirlo hacia su transformación en el curso de la lucha por el poder y el socialismo. Esos son los elementos básicos a los que debemos atenernos, lo que existe en la realidad y no en los libros. Montoneros y el movimiento peronista, al que aspira conducir.
Si eso no se tiene en cuenta, la literatura china o vietnamita no nos sirve, porque tiende a confundir nuestra lucha social con una guerra colonial, en la que la organización en Movimiento, Frente, Partido y Ejército tiene sentido porque se presupone la unidad del pueblo detrás de su conducción y contra el invasor extranjero. Nosotros en cambio tenemos que empezar por ganar la representación de nuestro pueblo a partir de los elementos con que contamos.
Hasta el 24 de marzo del 76 planteábamos correctamente la lucha interna por la conducción del peronismo. Después del 24 de marzo del 76, cuando las condiciones eran inmejorables para esa lucha, desistimos de ella y en vez de hacer política, de hablar con todo el mundo, en todos los niveles en nombre del peronismo, decidimos que las armas principales del enfrentamiento eran militares y dedicamos nuestra atención a profundizar acuerdos ideológicos con la ultraizquierda.
Las rectificaciones del Consejo apuntan a esta problemática, pero la insistencia en la creación del Movimiento Montonero con sus ramas nos parece indicar una insuficiente comprensión. Nuestras formas organizativas deben ser la organización o el Partido Montonero -que incluye a todo lo que genéricamente llamamos fuerza propia- y el Movimiento Peronista. Eso es lo que existe y a partir de ahí debemos construir. De otro modo invertimos enormes esfuerzos poniendo todo el Partido a la tarea de inventar el Movimiento Montonero, que no tendrá existencia real.
En esa idea de que podemos inventar una forma organizativa y una identidad características del enfrentamiento en nuestro país, queremos generar las condiciones para que sea distinto y entonces podamos aplicar las fórmulas clásicas de otros países. Y nos parece tiempo perdido tratar de convertir este enfrentamiento social en una guerra nacional.
2. Militarismo
El documento del Consejo critica el militarismo, pero en términos militaristas. Todo el documento es como una clase de estrategia sobre la mesa de arena y nuestra realidad no tiene nada que ver con ese enfoque. Para hacer política, hay que empezar por pensar en términos políticos, y expresados con sencillez y claridad.
3. Triunfalismo
A pesar de los golpes recibidos y de las rectificaciones del documento, seguimos triunfales. Decidimos el fracaso total de los planes del enemigo y seguimos subestimándolo. Esto es muy grave y pensamos que en el fondo obedece a la incomprensión sobre nuestra propia historia. Trataremos de ejemplificarlo: al no reflexionar sobre las causas de nuestro crecimiento espectacular y nuestra representatividad popular en los años que van de 1970 a 1974-75, llegamos a pensar que no obedece a que actuamos correctamente, y con propuestas comprendidas y aceptadas por el pueblo, sino a que nosotros somos geniales, y si somos geniales es accesorio que acertemos o nos equivoquemos. Todo lo que hagamos estará bien. Esto lo notamos en documentos como el último Montonero de 1975 y en la persistente ausencia de autocrítica.
4. Desmedida ambición de poder
Todo lo hacemos y lo pensamos a lo grande. Nuestra lucha es una guerra. Nuestra propaganda tiene que llegar a cuatro millones. Aunque criticamos el militarismo, todo el documento parece la receta para que un Ejército rompa el cerco de otro y luego lo derrote. Hay que ser más modesto. Nosotros tenemos que resistir junto con el pueblo a la dictadura. Necesitamos mucha propaganda. Tenemos que irnos organizando en la lucha sin delirios de grandeza y pensando en plazos largos. Ésta es la síntesis de nuestras apreciaciones generales. Ahora pasamos a nuestras observaciones punto por punto.
1.2. 1. Situación frente al enemigo
No es cierto que haya fracasado el aperturismo. Ejemplos: el PC no participa en los conflictos, mientras negocia con el gobierno a través del Partido Intransigente y les paga viajes a Lázara y García Costa para que vayan al Congreso de la Internacional Socialista a defender a Videla; la UCR no rompe a pesar de todos los agravios, incluidos Solari Irigoyen y Amaya; la reacción de la Iglesia es tibia comparada con todo lo que han hecho y con los episcopados de Chile y Brasil, donde por mucho menos se enfrentan abiertamente con las dictaduras.
1. 2.2. De las fuerzas populares
No es cierta la desaparición casi total de la izquierda no peronista, armada o no armada. Estos son bandazos que nos alarman. Hace unos meses el proyecto de vanguardia pasaba por el debate ideológico en la OLA, ahora no existen más. Existen y actúan. El ERP pinta (más que nosotros). edita regularmente sus revistas, que llegan a las fábricas puntualmente a pesar de todos los golpes que sufrieron, toman un canal de televisión, tienen una radio clandestina, operan en el litoral. Hacen operaciones militares. El PC, los distintos partidos socialistas, también existen. Que sean una bosta es otra cosa. Con ese criterio nosotros tampoco existimos.
1.3.1. Situación internacional
Hay un notable exceso de optimismo. Al enemigo la situación internacional lo mejora. Consigue créditos para su objetivo inmediato de refinanciar la deuda y mantiene excelente relación con el bloque soviético que con su importancia los salva en el sector externo. La exposición soviética en Buenos Aires muestra que no se trata de coletazos de la relación con Gelbard, sino de una política que se mantiene con el actual gobierno.
1.3.2. Situación militar de nuestras fuerzas
Sugerimos repensar la especialización militar. Al cambiar nuestra hipótesis de guerra ¿no deberíamos también cambiar la metodología de construcción de nuestro Ejército? Tememos que al producirse situaciones insurreccionales, de seguir con la división actual, los oficiales políticos no sepan su nivel de violencia, o los oficiales militares no sepan sobre qué blanco operar. No sabemos si la solución es alguna nueva forma de integralidad, o la subordinación de la estructura militar a la política o alguna otra que no se nos ocurre. Pero vemos que aquí hay un problema grueso.
2. 1.1. La estrategia del enemigo. Espacio
No es cierto que haya "ausencia de identificación de nuestras fuerzas". Con la delación, el enemigo superó esa "debilidad congénita" del cerco. Al ser falso esto, es falso que el espacio principal sea el político. Es el militar, y éste es el gran triunfo que el enemigo consiguió sobre nosotros.
Esta línea de error sigue. Para nosotros el retorno a las masas es el retorno al espacio donde están las masas; en vez de librar el combate en la conciencia de la gente lo libramos en el espacio físico, lo cual es un error, coherente con el ideológico.
Al no corregir el ideologismo, no convocamos políticamente. Así, nuestra respuesta de volver a los barrios es elemental y peligrosísima. Nos van a golpear más duro todavía.
2.1.2. Tiempo
La contradicción entre guerra corta y naturaleza social del enfrentamiento valdría si se tratara de un enfrentamiento contra el conjunto del pueblo, pero lamentablemente lo que hay es una lucha militar contra nosotros.
Tenemos que ser más autocríticos y realistas. Por supuesto que hay lucha de clases; siempre la hubo y la seguirá habiendo. Pero uno de los grandes éxitos del enemigo fue estar en guerra con nosotros y no con el conjunto del pueblo. Y esto en buena medida por errores nuestros, que nos auto aislamos con el ideologismo y nuestra falta de propuestas políticas para la gente real.
2.1.3. Armas
Nuestras armas también son violatorias de las convenciones internacionales. Ellos se autoaislan, pero nosotros también, y en ese trueque ganan ellos, porque nosotros teníamos con qué impedirlo y ellos no. Es un cambio de peón por alfil; ellos ya estaban aislados y consiguieron aislarnos a nosotros, planteando una lucha de aparatos, que nosotros no podemos bancar.
Nos parece espléndido que finalmente se comprenda la importancia de la censura de prensa.
No es cierto que no tengan armas políticas. Hacen toda clase de esfuerzos para no enajenarse a los partidos y a la burocracia sindical y logran resultados. La burocracia los ayuda a pasar la prueba de la OIT. Osella Muñoz y Vanoli se niegan a declarar por los derechos humanos en Estados Unidos. Los gremialistas los felicitan por la libertad de Pita.
Los radicales tienen varios embajadores, y un íntimo de Balbín (Ricardo Jofre, número 2 de Mor Roig en el plan político) es ahora número 2 de Villareal en la Secretaría de la Presidencia, a través de la cual hay un dialogo muy amplio y muy inteligente. Ellos hablan con todos, los que nosotros dejamos de lado para imos a discutir con el ERP y el PC. Además no es cierto que no hayan establecido el cerco político. Lo que pasa es que lo establecieron con armas principalmente militares, por el terror, pero también secundariamente con armas políticas, que las tienen y las manejan muy bien. En todo este análisis vemos el triunfalismo que criticamos. Los subestimamos mucho, y esto está mal porque nos equivocamos.
2.2. 1. Nuestra estrategia. Espacio
Es mecanicista no explicar las razones del mecanismo en el salto cualitativo. Acá el problema es político y el lenguaje militarista no sirve. Es un grave error olvidar que ésta es una lucha política y que para la construcción organizativa las operaciones militares deben servirnos ante todo para hacer política, y no para construir un ejército cuando todavía no tenemos ganada la representatividad de nuestro pueblo. Lo que nosotros tenemos es una lucha de clases, con niveles crecientes de violencia, que debemos masificar, no es una guerra todavía. Además, siguen los bandazos, porque ahora que descubrimos que las contradicciones en el seno de la clase obrera no son antagónicas, parece que nos olvidamos que igual son contradicciones y nos olvidamos de nuestras definiciones de la necesidad de damos una política para los sectores más dinámicos y de mayor nivel de conciencia. Es como si no pudiéramos tener dos ideas en la cabeza al mismo tiempo: si hay contradicciones, las consideramos antagónicas, cuando nos damos cuenta que no son antagónicas, nos olvidamos de que existen. Esto es reaccionario: anular con una opinión hechos de la realidad.
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